No hay ninguna duda de que el símbolo indiscutido de La India es el denominado Taj Mahal. Se trata de una de las construcciones de mayor belleza en todo el país, sin dejar de mencionar que fue nombrada como una de las 7 nueve maravillas del mundo. Es por esta razón que, si tienes la posibilidad de llevar a cabo un viaje de placer a la ciudad india de Asgra, ésta es una visita que no puedes dejar de hacer bajo ningún punto de vista.
Situado en los alrededores de la localidad en cuestión, más precisamente en el estado de Uttar Pradesh (en la zona norte del país), el Taj Mahal fue erigido en el siglo XVII de la mano del emperador Shah Janah en memoria de su esposa Muntaz Mahal. Este es otro aspecto que vuelve la visita a este edificio tan interesante: la historia de amor que se esconde en cada uno de sus rincones.
El joven príncipe, heredero del Gran Imperio Mongol, conoció a una señorita persa-musulmana en el 1607 y se enamoró profundamente de ella. Se casaron y estuvieron unidos en matrimonio durante diecinueve largos años, cuando Muntaz Mahal falleció después de dar luz a una niña, su hija número catorce. Antes de morir, la mujer pidió a su adorado esposo que cumpliera una serie de promesas: construír su tumba, volver a casarse, ser bueno con sus hijos y visitar su sepulcro anualmente. De esta manera, y tras un largo luto, Sha Janah le brindó a su querida esposa la tumba más hermosa del mundo, la cual da testimonio del gran amor que sentía por ella y permite que todas las personas puedan recordar su nombre.
Es fundamental tener en cuenta que el magnífico diseño del Taj Mahal es capaz de cautivar a cualquier visitante, ya que es una verdadera obra de arte de la arquitectura mogol. En una visita a este rincón indio es posible descubrir cúpulas, decoraciones de loto, portales, columnas, paneles y toda clase de elementos que dan como resultado una construcción maravillosa y digna de ser conocida.